¿Incultura, o simplemente ocio?


"¡Por fin un clásico que de verdad querrás leer!” Ese es el lema de una campaña promocional en Estados Unidos, que apoya la total destrucción de obras clásicas de la literatura, incluyendo en su historia ataques de zombies y aligenígenas.

Este "fenómeno" se da gracias al lanzamiento al mercado del libro: Orgullo y prejuicio y zombies. Un remake de la obra Orgullo y Prejuicio de Jane Austen, en donde, además de la historia de amor increíblemente bien descrita y para nada aburrida entre Mr. Darcy y Lizzie Beneth, se incluye una matanza de zombies y humanos, que parece serán asesinados por Lizzie y sus hermanas, poderosas ninjas cazadoras.

No puedo negar que es algo que me llama la atención, pero que al mismo tiempo me entristece: ¿cómo es posible que la única manera en que la sociedad actual lea es convertir los clásicos en una obra de violencia sin sentido? Austen debe estar revolcándose en su tumba; la violencia puede dejarse para Indiana Jones o James Bond, pero Mr. Darcy es un caballero inglés que nunca se imaginó que terminaría comiendo cerebros.

Los gringos y sus ideas geniales, simplemente, no sé qué me resulta más chocante: el desarme de una obra literaria, o la falta de cultura en la que se prefiere vivir en estos días.

Sólo algo que se ocurrió esta mañana... sin importancia como siempre

Ayer me dijeron: "sólo lo que cuesta vale". Claro, no puedo negarlo, el problema es, que luego de luchar y no llegar a nada, me pregunto: ¿de verdad conseguiré algo?

Hace tiempo me recordaron: "la esperanza es lo último que se pierde". Eso puedo ponerlo en duda; cierto, la esperanza es lo último que podemos perder, pero luego de luchar tanto años, la mía ha ido quedando rezagada, perdida poco a poco en el duro camino.

Lo bueno es, que luego de recorrer un camino arduo, cansado y tedioso, nos acostumbramos al sufrimiento, y así es más fácil afrontarlo. De hecho, en cierto momento hasta sentimos que el camino se hace más blando, y que nuestros sueños están cerca. Lamentablemente, luego de eso, la caída es más dura, el golpe es más fuerte… y las ganas de pelear por lo que queremos aumentan.

Al menos, ese es mi caso, pero igual, sigo pensando que la vida es un tanto injusta… claro, quejándome no hago nada, para lo único que sirven las quejas es para desahogarnos. A no ser, obviamente, que nos quejemos con la persona correcta.