Un tiburón para mi...


Tengo como siete años con la idea de comprar un tiburón Tailandes, me parecen demasiado lindos… sin embargo, últimamente me he dado cuenta que son unos peces bastante peculiares, y con algunas contradicciones.

Empiezo diciendo, que pueden llegar a medir dos metros y medio de longitud, y que aparentemente, no dejan de crecer aunque su ambiente no sea del tamaño adecuado (lo que quiere decir, que en algún momento mi pecera de 50 galones será insuficiente y tendré que enviarlo al patio con el perro… espero que se lo coma… al perro, quiero decir).

Y bueno, digo que son contradictorios, porque a pesar de ser increíblemente peligrosos, también son increíblemente delicados. Por ejemplo, en los extremos de sus aletas dorsal y pectorales, cuentan con púas que pueden partir a un ser humano a la mitad; sin embargo, también son criaturas demasiado estresadas, por lo que si se mantienen en un acuario, pueden llegar a lastimarse ellos mismos, golpeándose contra las paredes de la pecera.

Como nota curiosa, existe una creencia tailandesa y vietnamita, que dice que quien coma su carne tendrá una larga y próspera vida. Debido a esto, existe una festividad durante el mes de abril, en que se dedican sólo a la caza de esta especie, para compartir su carne entre todos los participantes. Por este hecho, estos tiburones escasean al punto de restingrir su captura.

… Yo no quiero un tiburón para comerlo… sólo para verlo, cuidarlo y quererlo… aunque leyendo esto, se me quitaron las ganas; yo estresada, y mi mascota también… es algo para reflexionar.

Por el momento, seguiré admirando mis cuatro colas y mi telescopio. Hasta ahora, no les ha dado por inmolarse contra la pecera.

Sobreviviendo a la H1N1


El martes me levanté con dolor de garganta, de cabeza, y fiebre. Decidì que era momento de cobrarle al Seguro Social el dinero que me rebajan todos los meses de mi humilde salario de bibliotecóloga de medio tiempo, y me dirigí a la Clínica.

Luego de una hora de esperar, la doctora me examinó y me dijo: "No se asuste, le voy a poner una mascarilla y le voy a hacer unos exámenes". Obedientemente, me puse la mascarilla y no me asusté. Al ver los resultados (tras esperarlos como tres horas) me dijo que posiblemente estaba desarrollando H1N1, pero que para estar seguros iba a hacerme otro examen unos días luego,
y me iba a incapacitar el resto de la semana... claro, no sin antes darme la recomendación de no quitarme la mascarilla y no salir de mi casa (más bien, de mi cuarto) hasta no estar seguros de qué era lo que tenía...

Bueno, luego de usar mascarilla por una semana, debo decir que aprendí varias cosas:

1- Si quieren ser populares, usen mascarilla. En serio, es una gran manera de atraer miradas.
2- Lo malo, es que además de miradas, atraerán una serie de comentarios burlistas y estúpidos, por parte de personas burlistas y estúpidas... lo que los haría más populares, nadie se quedará sin un comentario acerca de ustedes.

Y por último:

3- Es imposible tocer usando mascarilla (creo que debería escribir tapabocas, pero tardo menos escribiendo mascarilla).

Para no cansarlos con el cuento (como diría mi jefa), llegó el viernes, y la doctora me dijo que no tenía nada... le agradezco eternamente el haberme hecho casi morir... pero de calor, porque esas mascarillas son lo peor que existe en un país del trópico.

He decidido que luego de mi anécdota, es mejor hacer de esta nota algo educativo, así que recordaré las recomendaciones para no contraer el H1N1: lavarse las manos correctamente, toser o estornudar en un pañuelo desechable o el antebrazo, y olvidé lo demás, pero recuerdo que es bueno utilizar alcohol en gel... aparte que huele rico.

Es todo por hoy, seguiré agradeciendo a mi gen X y mi sangre mutante el que me haya salvado de contraer una enfermedad que me habría matado, lo que haría sufrir a algunas personas (posiblemente a tres... máximo... no sé)

Grandes mujeres, malas historias...

Me resulta curioso el que las mujeres siempre seamos las malas… o al menos, la mayoría del tiempo… Las madres, por regañar a sus hijos cuando su padre no lo hace; las amantes, por seducir a hombres casados; las prostitutas, por vender su cuerpo a extraños…

Y eso no se ve sólo en la "vida real". La historia de la humanidad está plaga de mujeres que han sido tachadas de brujas ante una situación en la que han salido avantes a pesar de la oposición. Ejemplo: Ana Bolena. Está bien, puede que sus intenciones al seducir a Enrique VIII no fueran las mejores, pero eso a empezar a tildarla de bruja, que hechizó a Enrique para alcanzar sus favores y convertirse en reina, es algo completamente diferente.

Otro ejemplo: Morgana LeFay (me encanta la mitología celta y las historias del Rey Arturo, Merlín, y el resto de personajes míticos).

Se dice que al final de sus días, Morgana era la reina de la Isla Avalon, y que Arturo, luego de su pelea con Mordred, llega a refugiarse a la Isla, donde Morgana le ofrece su protección. Punto. No hay maldad en eso. Además, Morgana era un hada, que degeneró en bruja.

Sin embargo, antes de esto, la historia nos cuenta que Morgana era la media hermana incestuosa de Arturo, con quien concibió a Mordred, la causa del "golpe" que acabaría con el reinado de Arturo. Sumado a esto, se encuentra el hecho de que fue Morgana quien descubrió la infidelidad de Ginebra (la esposa de Arturo) con Lancelot, y la denunció ante el rey, para dejar en mal a la reina que tanto odiaba. ¡Ah! Y además, embrujó a Excalibur para que Arturo no pudiera utilizarla para vencer a su enemigo.

Gran cambio, ¿cierto?

Lo mismo pasa con Lilith, cuyo ejemplo cité en comentarios anteriores, fue desterrada del Edén por querer igualarse a un hombre.

Y es que parece que la historia está plagada de anécdotas en las que el hombre es el que debe permanecer valeroso y alabado, prácticamente intachable y casi perfecto, aunque deje de lado a sus compañeras féminas, alterando la historia.

No quiero que este comentario me haga pasar por feminista, el feminismo no es algo que me llame la atención, o que me interese practicar, simplemente, me pregunto porqué mi género es devaluado de esta forma. Llegará a ser muy molesto que, en algún momento, digan que seduje a alguien para alcanzar mi puesto, o que hechicé a algún hombre para conseguir mi título universitario.

Lo más gracioso de todo, es que no debí hacerlo, porque son mujeres quiénes me contrataron, me dieron clases, y me otorgaron su aprobación para ejercer mi profesión, ¿qué dirá la historia al respecto? Nada… no ser famosa es una parte importante de mi reconocimiento… o al menos, eso me gusta pensar ahora.

Estúpidos estereotipos

Bueno… dos escritos en un día, no se acostumbren… ¡ja!

Sólo tengo que decir una cosa: odio, enormemente, que la gente me hable como si sólo fuera una mamá… ¡porque no soy sólo eso!

Soy mujer, soy bibliotecóloga, soy estudiante, soy enana, estresada, enojona y necia… soy muchas cosas, y odio que me encasillen en una sola.

Y es que la mayoría de las personas tienden a creer que cuando una mujer tiene hijos deja de ser mujer para pasar a ser ama de casa, y yo digo, ¡QUE ES MENTIRA! Las mujeres podemos ser todo lo que queramos, y no me parece muy justo que nos encasillen en sólo un aspecto de nuestra vida, porque (al menos en mi caso) he luchado mucho por alcanzar lo poco que tengo, como para que lo dejen a un lado al ver que tengo dos niñas.

Es horrible, porque las mismas mujeres convierten la sociedad en un despilfarro de machismo y conformismo que lleva a creer que de verdad el género femenino existe simplemente para lavar, planchar, cocinar y tener hijos.

Y mucho más horrible todavía, es que aún en nuestro días, existan personas con una mentalidad tan medieval.

¡VEANME! Soy mujer, inteligente, medio simpática, tengo mucho de qué hablar, déjenme compartir lo que sé, lo que siento, permítanme expresarme en todos los ámbitos de mi personalidad, porque tengo varios, afortunadamente.

Bueno… necesitaba desahogarme, así que sólo me resta decir: me alegro de que existan los blogs.

Divagando en año nuevo

Año nuevo… todo un año para conseguir lo que queremos, o mejor aún, lo que realmente necesitamos.

Todo un año para enmendar nuestro errores del pasado, y empezar de nuevo (aún no es tarde, apenas llevamos 13 días, ¡ánimo!)

Sinceramente, no tengo nada que escribir hoy, de hecho, he olvidado hasta lo que hice el fin de semana, es increíble que tan sólo 13 días me tengan tan cansada, y eso que no he entrado a la U.

Además, había olvidado este blog… terrible, mis cientos de admiradores deben estar deshechos por mi ausencia y mi tan estimable escritura ilógica que ayuda a divagar a ratos. ¡Ja!

Algún día, recordaré algún tema interesante qué compartir, después de todo, aún me quedan 11 meses y dos semanas para pensar…

¡FELIZ AÑO 2010!

… tarde como siempre…