
Me gustan los Sefirot... porque me gusta mucho todo lo que tenga que ver con el judaísmo (de hecho, si pudiera sería judía, pero creo que me quedaría difícil).
En teoría, el sefirot representa las emanaciones de Dios, a través de las cuales creó el mundo. Se conocen diez:
Kéter (‘corona’; כתר) , Jojmá (‘sabiduría’; חכמה) , Biná (‘entendimiento’; בינה) , Jesed (‘compasión’; חסד) , Gevurá (‘juicio/estrategia’; גבורה) , Tiféret (‘gloria/belleza’; תפארת) , Netsaj (‘victoria’; נצח) , Hod (‘esplendor’; הוד) , Yesod (‘fundación’; יסוד) , Maljut (‘reino’; מלכות) .
Cada una estas sefirá (sendero en idioma hebreo) representa una evolución, e incluso Dios (Yavéh) tiene un nombre diferente que lo caracteriza dependiendo de cada "etapa". Además, cada una tiene un arcangel, un color, una virtud y un chakra diferente.
Aunque la verdad, no quiero profundizar mucho en el tema, sino compartir algo que acabo de descubrir, y es que al reverso del Árbol de la Vida (es el "dibujo" que resulta al unir los 10 sefirot y sus caminos) se encuentra un sefirot maligno, que consta de una serie de demonios menores que serían, según el orden de la jerarquía infernal:
Tamiel, Jaigidel, Satariel, Gamjikot, Golab, Togaririm, Harab Serapel, Adramelej o Samael, Gamaliel, Nehemot .
Tampoco voy a entrar en detalles, simplemente me agrada el hecho de que de verdad no pueda existir el bien sin el mal, y que esta dualidad sea una constante en todas las religiones (¿si todos fuéramos buenos, seguiríamos la misma religión? Si fuera así, sería lo único rescatable de esa utopía), de hecho, me encanta que en la literatura católica el diablo haya hecho una apuesta con Dios, para tratar de destruir la fe de Job.
Bueno, y si Dios y el Diablo se llevaron bien en algún momento (porque no creo que hayan hecho uan apuesta si se llevaban mal), ¿porque la gente no puede hacer lo mismo? Igual, al final nadie es completamente bueno, lo mismo que nadie es completamente malo.
En teoría, el sefirot representa las emanaciones de Dios, a través de las cuales creó el mundo. Se conocen diez:
Kéter (‘corona’; כתר) , Jojmá (‘sabiduría’; חכמה) , Biná (‘entendimiento’; בינה) , Jesed (‘compasión’; חסד) , Gevurá (‘juicio/estrategia’; גבורה) , Tiféret (‘gloria/belleza’; תפארת) , Netsaj (‘victoria’; נצח) , Hod (‘esplendor’; הוד) , Yesod (‘fundación’; יסוד) , Maljut (‘reino’; מלכות) .
Cada una estas sefirá (sendero en idioma hebreo) representa una evolución, e incluso Dios (Yavéh) tiene un nombre diferente que lo caracteriza dependiendo de cada "etapa". Además, cada una tiene un arcangel, un color, una virtud y un chakra diferente.
Aunque la verdad, no quiero profundizar mucho en el tema, sino compartir algo que acabo de descubrir, y es que al reverso del Árbol de la Vida (es el "dibujo" que resulta al unir los 10 sefirot y sus caminos) se encuentra un sefirot maligno, que consta de una serie de demonios menores que serían, según el orden de la jerarquía infernal:
Tamiel, Jaigidel, Satariel, Gamjikot, Golab, Togaririm, Harab Serapel, Adramelej o Samael, Gamaliel, Nehemot .
Tampoco voy a entrar en detalles, simplemente me agrada el hecho de que de verdad no pueda existir el bien sin el mal, y que esta dualidad sea una constante en todas las religiones (¿si todos fuéramos buenos, seguiríamos la misma religión? Si fuera así, sería lo único rescatable de esa utopía), de hecho, me encanta que en la literatura católica el diablo haya hecho una apuesta con Dios, para tratar de destruir la fe de Job.
Bueno, y si Dios y el Diablo se llevaron bien en algún momento (porque no creo que hayan hecho uan apuesta si se llevaban mal), ¿porque la gente no puede hacer lo mismo? Igual, al final nadie es completamente bueno, lo mismo que nadie es completamente malo.
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